Relación
culposa: los
padres creen que le deben algo a su hijo y por ende, se
vuelven permisivos, le evitan el dolor a toda costa y pretenden que viva feliz
por siempre.
Esta
relación se puede deber, entre otras, a que los padres creen que tienen la
culpa de la discapacidad de su hijo, por ejemplo, cuando el hijo sufre un
accidente que afectó sus capacidades motoras, visuales o cognitivas, los padres
suelen creer que hubieran podido evitarlo.
Relación de
pesar: los
padres consideran que su hijo tiene una enfermedad, que está sufriendo por
su discapacidad y que por lo mismo, deben cuidarlo y sobreprotegerlo.
Relación de
sobre exigencia: los
padres no consideran ni los gustos ni las habilidades de su hijo y
creen que debe sobresalir por encima de los demás, por lo que lo inscriben en
competencias de diferentes tipos pasando por encima de sus posibilidades. Aquí
los padres pueden estar tratando de compensar la frustración no elaborada de
tener un hijo con una condición que no cumple con sus expectativas. Que sea el
mejor en deportes o el más inteligente son los anhelos de padres que asumen
este tipo de relación con sus hijos.
Según la
psicóloga Silvia Afanador el gran reto de los padres en general es el
de proporcionar a sus hijos una serie de elementos, pautas y valores que les
ayuden a comportarse y desenvolverse en sociedad. "Son los padres
quienes deben liderar el proyecto de vida de sus hijos", dice.
En el caso
de padres de hijos con discapacidad, la situación es la misma."Cuando
los padres logran que su hijo se comporte de una manera que pase desapercibido
por su pertinencia en sociedad, han alcanzado un éxito en la crianza", dice
afanador.
Para
socializarse, todo ser humano requiere un comportamiento adecuado. Las
pautas del comportamiento se adquieren en primera instancia en el hogar, y
es allí, donde los padres deben hacer su mayor esfuerzo para educar a sus
hijos.
Darles
reglas, límites y explicarles el por qué de las instrucciones, son algunas de las
recomendaciones para los padres; asimismo, educar a sus hijos en valores y
darles un lugar en la familia, sin ser preferencial ni excluyente.
"Los
padres deben entender que su hijo no será un niño eterno y que a medida que avance el
tiempo y crezca deberá asumir responsabilidades acordes a su edad cronológica,
así su edad mental sea menor", dice la psicóloga.
Acciones
como tender camas, ayudar en la cocina, ir al colegio, jugar con los
demás, deben hacer parte del diario vivir de un hijo con discapacidad.
Siempre será
aconsejable buscar ayuda profesional, pero teniendo en cuenta que el psicólogo o terapeuta
es simplemente un mediador, y quienes deben tomar las riendas de la
crianza del hijo con discapacidad son los padres.
Antes de
buscar ayuda es necesario que los padres se pregunten qué tipo de apoyo
necesitan y en qué etapa. Los profesionales deben ser especialistas en procesos
de duelo y estar actualizados en los temas relacionados con discapacidad, como
por ejemplo el nuevo concepto de discapacidad de acuerdo a los enfoques de la
organización mundial de la salud (OMS).
Los padres
deben cerciorarse de que los profesionales que consultan hayan trabajado e
interiorizado la discapacidad en sus vidas. "no será de buena ayuda, un
profesional que interiormente, crea que la discapacidad es una enfermedad o una
condena", dice afanador.
Una vez
inicien un acompañamiento con especialistas, es aconsejable
que los padres acudan a apoyos grupales. "el contacto con otros padres que
viven la discapacidad en sus hogares, ayudan a no sentirse solos y
únicos", explica la psicóloga.
Existen discapacidades
o limitaciones: auditivas, visuales, cognitivas, motoras y autismo, así
como también capacidades o talentos excepcionales.
Consulte aquí, el glosario de discapacidades.
Lea aquí los ocho documentos
lanzados por el Ministerio de Educación Nacional para la atención
educativa de niños, niñas y jóvenes sordos, sordo-ciegos, con limitación
visual, autismo, discapacidad cognitiva y motora y con talentos excepcionales.
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